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lunes, 18 de junio de 2007

Pensamientos múltiples

1. "¿Fuiste a ver a Yo-Yo Ma?" me preguntó mi amigo Jorge mientras tomaba un trago de su mimosa. Estábamos en la sobre-sobre-sobremesa del desayuno, era un día soleado, podíamos contemplar el lago, los niños chapoteaban en la alberca, había un pájaro posado en el techo de la casa de al lado y yo me sentía feliz. "No, no pude, estaban muy caros los boletos" le contesté. Pero me quedé pensando. Realmente ¿por qué no fui a ver o más bien oír a Yo-Yo Ma? El día que vi anunciado el concierto entré al Ticketmaster y había disponibilidad. Estaban caros, efectivamente, pero era de esperarse, dado el foro y el artista. Por otro lado, uno sabe que el tercer piso de Bellas Artes es el que tiene la mejor acústica y pues pude haber comprado un par de boletos en gayola no tan caros. Entonces, ¿por qué no fui? Tengo al menos 10 discos de Yo-Yo Ma y me enorgullezco de haberlo escuchado hace al menos 15 años que vino a México la primera vez y de haber comprado sus discos desde antes que se volviera tan famoso en México y ganara Grammy's. Antes de que grabara Obrigado Brasil y de que se supiera que es "muy amigo" de Carlos Prieto. Entonces, ¿por qué no fui a verlo? Recuerdo que en el programa no vi mis favoritas Suites para Cello de Bach, pero sí recuerdo haberme enterado de que tocaría a Piazolla. Piazolla, el del tango maldito. Piazolla, que triunfó en París como no lo hizo en Buenos Aires. Tengo ese CD, el de Yo-Yo Ma tocando a Piazolla y me gusta. Entonces, ¿por qué no fui? Ahora leo que el dia que se apareció Calderón por ahí con su supermegaexagerado aparato de seguridad (¿de que tiene miedo, señor presidente con minúscula?) fue un problemón llegar y entrar y que la gente se molestó mucho. Leo que Yo-Yo Ma no trajo su Cello favorito, aquel que olvidó en un taxi y que recuperó milagrosamente, y leo que la suite que tocaría a dueto con Carlos Prieto fue compuesta por un mexicano especialmente para ambos. Leo que también tocó a Schubert, tan agradable al oido Schubert, entonces ¿por qué no fui?

2. Hace unas semanas retomé mis clases de tenis después de un largo período de descanso. Primero por aquella puerta del closet que se atravesó una mañana en mi camino al baño y me fracturó el dedo anular del pie izquierdo. Luego, por aquel esguince en la rodilla izquierda que me hizo traer férula un par de semanas. Finalmente, por el exceso de trabajo y falta de organización del tiempo. De éso hace un año y medio al menos. Pero hace unos días y casi por casualidad, me encontré a mi prof de tenis y quedamos en reanudar. Llevo 3 clases, estoy muy feliz, aunque bastante piedra, dura como palo y sin poder conectar a gusto. Pero ¡lástima! Finalmente llegó la temporada de lluvias así que tendré que abandonar nuevamente...

3. No he querido leer los comentarios ni las crónicas de la exposición que se está presentando en Bellas Artes por el centenario del natalicio de Frida Kahlo. Tengo que ir a verla, claro, pero no quiero crearme expectativas ni ir con información previa. Quiero ir y sentirla. Hasta ahora no estoy segura de que me guste. Tampoco me disgusta. Creo que independientemente de si fue o no una gran artista o una buena pintora, el tiempo en el que vivió fue determinante. Ese México de los 40s y 50s, donde los grandes muralistas estaban en su apogeo, cuando el país era generoso y lo mismo recibía a huérfanos de la guerra civil como a exiliados rusos. Cuando Dolores del Río triunfaba en Hollywood con su belleza y talento y cuando las mujeres usaban tacones altos y medias de red y los hombres sombrero y trajes oscuros. Cuando no se conocían las crisis de fin de sexenio y no teníamos tanto petróleo. Y también cuando las mujeres no podíamos expresarnos como lo hacemos ahora ni ser tan independientes ni usar pantalones era tan bien visto. Creo que Frida no hubiera sido Frida, independientemente de su accidente y de Diego, si no hubiera vivido en esa época. Iré a verla pronto, espero.

4. Leo que en esta semana se están llevando a cabo las grandes subastas de arte londinenses, y que un cuadro de Monet superó los 30 millones de dólares. Leo que subastarán también Freuds y Turners y leo que se espera una venta record, entre ambas casas, Sotheby's y Christie's, de mil millones de dólares. Me pregunto, ¿cómo puede alguien pagar tanto por un cuadro? Tal vez sea arte, no lo niego, pero ya Monet no está vivo para saberse tan cotizado. Si yo tuviera un Monet por el que pagué el equivalente a un viaje redondo interespacial, ¿dónde lo pondría? ¿invitaría a mis amigos a contemplarlo? ¿le pondría o cambiaría el marco? Creo que no soy sensible al arte.