miércoles, 26 de agosto de 2009

E pur, si muove!

Algo así dijo don Galileo cuando su juicio, creo... Y es una frase que siempre me ha acompañado en mi vida. Una especie de colofón. Cuando alguien, que normalmente es tu mamá o tu jefe o el burócrata que te regaña porque para pagar tu recibo de agua no llevaste copia de tu fe de bautismo o tu suegra que decide que tienes que ir a la iglesia a confesarte, o tu maestro de yoga que insiste en que bloquees la rodilla, en fin, todo es susceptible de este dicho. Como hablar entre dientes. Galileo era un niño en el fondo, y seguro su mamà lo regañaba porque se la pasaba como menso mirando al cielo en lugar de amasar la pasta o jugar futbol con los chicos de su callejòn.
En fin, sirva ésto para decir que estoy de regreso, que como los alacranes, muevo la colita aunque me hayan pisoteado y que estoy contenta. Sí señores y señoras, estoy contenta. ¡¡¡¡¡Y estoy viva!!!!!

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