Es el título del libro que estoy leyendo ahora y que trata sobre el arte y la necesidad de hacer lo menos posible en la empresa en la cual trabajamos. Apenas voy en el primer capítulo, pero la verdad, está de lo más interesante, de lo más cínico y de lo más divertido. Aunque viéndolo bien, no es divertido leer lo que somos para la empresa, tan prescindibles, un número más, un rostro más. Tampoco es divertido darnos cuenta de lo agringados que estamos en el trabajo, hablando con siglas e inventando palabras como "eficientar" y tratando de estandarizar lo que no se puede estandarizar... En alguna parte mencionaba a Goebbels, el famoso ministro de propaganda nazi y decía algo así como que el lenguaje ya no es más para comunicar, sino para lograr un propósito... lo que me hizo buscar en el Wikipedia sobre Goebbels, y ésto fue lo que encontré:
Los principios de la propaganda -Goebbelsnazi.
era un genio de la propaganda. Unos famosos principios impulsaron su trabajo.
Todavía son usados hoy en día como herramienta propagandística. Son estos:
Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única
idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.
Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola
categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma
individualizada.
Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario
los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. "Si no
puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan.
Principio
de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que
sea, en amenaza grave.
Principio de la vulgarización. Toda propaganda debe
ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que
va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el
esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su
comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.
Principio de
orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y
repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes
perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni
dudas. De aquí viene también la famosa frase: "Si una mentira se repite
suficientemente, acaba por convertirse en verdad."
Principio de renovación.
Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal
que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa.
Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
Principio de la verosimilitud. Construir
argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas
o de informaciones fragmentarias.
Principio de la silenciación. Acallar las
cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que
favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de
comunicación afines.
Principio de la transfusión. Por regla general, la
propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una
mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata
de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente de que piensa
"como todo el mundo", creando una falsa impresión de unanimidad.
“Miente,
miente, que al final algo quedará... ...cuanto más grande sea una mentira, más
gente lo creerá..." Joseph Goebbels, ministro de Propaganda
2 comentarios:
Impresionante!
Y si que nos pone a pensar en los bajos instintos del ser humano y lo fácil que es manipular a una masa.
También es triste...muy triste...
prohibido mencionar a Goebbels, prohibido, jajajaj; antisemita hasta morir.
pasame el libro cuando lo termines no?
buscame en face book como Cynthia Neumann pero no encontrarás fotos de bridget, no se si hay en mi hi5. mmm no se!
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